Noticia - Copistería / Imprenta / Papelería

Un camarero-robot capaz de leer nuestras pupilas o nuestro perfil de Facebook para sugerirnos qué tomar. Un dron con el que supervisar viñas desde el aire. O unaimpresora 3D con la que cocinar un menú completo, incluidas la vajilla y la cubertería. Puede sonar a película futurista pero Màrius Robles, asegura que todos estos inventos están más cerca de lo que pensamos: "En octubre ya podremos comprar impresoras 3D domésticas para nuestra cocina, por un precio que rondará los 1.000 euros. ¡Y todo vendrá de una start-up española!".
Reimagine Food es "un ecosistema en el que integramos emprendedores vinculados con la alimentación y la gastronomía, empresas emergentes que han generado conceptos rompedores, y firmas de alimentación establecidas desde hace, al menos, 20 años", explica Robles. "Hemos combinado todo eso en una batidora para crear conceptos únicos".
En la presentación de la empresa, celebrada el pasado jueves en un hotel de Madrid, los responsables de Reimagine Food llegaron acompañados del Robot REEM, un androide rodante que aplica la inteligencia predictiva orientada al consumidor. Entre sus virtudes destaca el hecho de pueda intuir las apetencias gastronómicas de alguien, basándose en el rastreo de sus datos por la red, su estado anímico y los datos extraídos de sus pupilas. Después de procesar toda esa información, este camarero a pilas puede sugerir qué alimentos son idóneos, según su valor nutricional y los gustos del consumidor.
"La Thermomix también es un robot", arguye Robles. "Su precio oscila entre los 500 y los 600 euros y, al principio, costó un poco pero ahora ya hay muchas familias españolas que la tienen".
Según el director general y cofundador de Reimagine Food, dentro de poco tiempo podremos ir conduciendo y, cuando el GPS nos indique que estamos a 15 minutos de casa, tendremos la posibilidad de coger el móvil y decirle a la impresora 3D de nuestra cocina "que me empiece a imprimir unos ravioli al pesto en forma triangular", por ejemplo. "¡Eso es una realidad que vamos a tener en octubre... y no de 2015, sino de 2014!"
Pero, ¿en qué consiste exactamente el negocio de Reimagine Food? "Por una parte, las 20 start-ups que aceleramos cada año", explica. "Ahora acabamos de abrir la convocatoria de las 10 primeras, y nos quedaremos con un porcentaje de su beneficio a cambio de ayudarles a entender el mercado, desarrollar modelos de negocio, relacionarlas con empresas de alimentación e inyectarles capital".
Esa es la inversión a futuro. La cuenta de resultados de hoy depende de los servicios que le vende "a las empresas de alimentación más inquietas, aquellas que quieren anticiparse e innovar", suministrándoles información acerca de cómo comprará el consumidor dentro dos años, por ejemplo.
Robles, que lleva más de 10 años trabajando en el campo de la innovación para empresas como Boeing, Vodafone o Danone, incide en la importancia del pensamiento disruptivo, un término al que también lleva años abonado el chef Ferran Adrià: "Lo disruptivo es aquello que en dos años va a condicionar todo lo que se ha visto. Tecnologías que la gente asocia con la ciencia ficción pero que, en realidad, dentro de un año estarán en el mercado para complementar al facto humano".
Otra de las novedades anunciadas este jueves es que el próximo 3 de diciembre (3-D) se celebrarán dos cenas simultáneas, "100 % tridimensionales," en Barcelona y Nueva York. Ágapes privados para 12 personas, con una inversión que rondará los 150.000 euros, y con "todo fabricado gracias una impresora 3D", según explica el arquitecto valenciano José Ramón Tramoyeres, del estudio GGlab: "Desde el edificio a los cubiertos, pasando por la comida, por supuesto".
Tramoyeres, que lleva años colaborando con el chef cordobés Paco Morales (ex de Mugaritz y actual asesor de Al Trapo o Torralbenc), cuenta que al prinicipio que "aplicar el digital manufacturing en vajilla" pero que ahora, gracias a los medios de la plataforma Reimagine Food, va a poder ampliar el radio de su investigación.
"¡Lo vamos a imprimir todo! En China ya están haciendo un brazo mecánico capaz de construir una casa en solo 24 horas", explica. "Lo bueno del digital manufacturing es que te ahorras el transporte. Tú mandas el archivo y luego lo imprimer donde sea. De hecho ya se está estudiando cómo poder imprimir edificios en la Luna, a partir d ela arena lunar".
El chef Paco Morales, que hace dos años ya habló de la impresión de comida en el congreso Madrid Fusión, asegura que las aplicaciones gastronómicas han evolucionado mucho pero aún no quiere dar demasiados detalles del menú 3D: "Tenemos varios platos pensados pero ahora estamso en plena fase de ensayo-error, trabajando duro para que la cena se convierta en un evento único e histórico".
Pero, ¿los cocineros del futuro serán tipos sentados frente a una tableta con la que programar impresoras 3D? "En los equipos habrá gente así, ¡seguro!", responde Morales. "Si hace 20 años el microondas era inimaginable, ¿por qué no vamos a tener también impresoras? Yo espero tener pronto esa persona dentro de mi equipo. Pero lo que hay que tener claro es que el cocinero o el guisante recién cogido es algo irremplazable".
El objetivo de Màrius Robles es que las tecnologías desarrolladas acaben llegando al gran público: "Es una de mis obsesiones personales. Que la comida llegue a todo el mundo, que los restaurantes dejen de tirar el 30 % de lo que compran o que, como en 2050 no habrá carne para todos, consigamos desarrollar otros productos con los mismos nutrientes".
Fuente: http://www.cadenaser.com/gastro/articulo/robots-impresoras-3d-cocina-futuro-vuelta-esquina/csrcsrpor/20140705csrcsrgst_1/Tes