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La franquicia La Vinatería cuenta en sus tiendas con más de 300 referencias
La Vinatería, red de franquicias basada en el mundo del vino, es la única cadena organizada y centrada en este ámbito, que dispone de una selección de más de 300 vinos para todos los públicos, con 20.000 botellas entre jóvenes y reservas, caros y asequibles al bolsillo, de bodegas pequeñas y grandes, de todas las regiones, tanto nacionales como internacionales. Se trata de un concepto de negocio que encierra un sinfín de matices, percepciones, aromas y gustos.
“Consideramos que no hay un buen vino sin un buen plato, por lo que ponemos a disposición de todos los apasionados a esta noble bebida de una carta adecuada a su filosofía, degustando los mejores ibéricos y conservas, pimientos rellenos de rabo de toro o croquetas de morcilla entre otras delicias asequibles al bolsillo y al paladar” explica Álvaro Canelo, responsable de expansión.
En los locales de La Vinatería orientan a sus clientes para que cualquier plato, por muy elaborado que sea el menú, y el vino con que lo acompaña sea el idóneo, garantizando el equilibrio entre ambos, ya que ni el vino ni la comida deben tapar el sabor del otro. El gusto personal de cada cliente unido a la experiencia que ofrecen estos profesionales de la restauración, son las mejores guías a la elegir un buen vino.
El vino y su mundo se rodean de sensibilidad, en el que se tienen los cinco sentidos trabajando por un producto al que hay que mimar. Aporta aromas y sabores, y su magia está emparentada con la noción de identidad. Es un mundo de humedad, de confidencialidad, de discreción, de silencio. “La Vinatería ofrece distinción, calidad y una variada oferta. Nuestra excelente relación calidad precio junto a una baja inversión y un mercado muy atractivo hace de ella una excelente elección para desarrollar un negocio, principalmente como autoempleo. Es algo más que un negocio rentable, en el que el franquiciado disfrutará con su negocio, con la admiración por el vino, lo que conlleva y el efecto social que produce” dice Álvaro.
El perfil idóneo de franquiciados que busca la empresa abarca desde amigos amantes del vino hasta profesionales de la inversión, siendo el perfil más atractivo el de aquel que decide no depender de la situación financiera de la empresa en la que trabaja, que desea montar su propio negocio con el compromiso de obligaciones y de libertad que conlleva, ya sea hombre o mujer emprendedor/a, de entre 30 y 50 años, con un nivel cultural medio y que tenga experiencia en dirección y gestión de equipos. No es necesario que tenga experiencia en hostelería aunque sí gran capacidad de esfuerzo y dedicación.