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Animal Party
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La Factoría de Peluches de la franquicia Animal Party llega a Terrassa

27.11.2007

Animal Party, franquicia dedicada a la confección de peluches personalizados, ha inaugurado su primera tienda en España en la localidad catalana de Terrassa. Ubicado en la calle Volta, 25, el establecimiento cuenta con una superficie de 90m2 donde grandes y pequeños podrán dar vida a sus nuevos peluches.

Animal Party ha llegado a España respaldado por el éxito cosechado en Estados Unidos donde cuenta con 10 años de experiencia y más de 1.000 puntos de venta. Es un concepto innovador que va a revolucionar el sector del juguete y del regalo mediante un método propio de creación de peluches en el que es el propio cliente quien fabrica y personaliza su mascota.

Primero se elige la “piel” del peluche entre más de 20 modelos de pieles de animales que destacan por su calidad y suavidad. Disponen desde los tradicionales ositos y perritos a divertidos koalas o unicornios mágicos, pasando por una amplia gama de gatos, tigres, leones, vacas, etc. A continuación se pasa a rellenarlo con una maquina que tiene un funcionamiento muy sencillo y que los propios niños pueden utilizar. Tras rellenarlo, el cliente coge una estrella (el alma), le da un beso pensando un deseo y se introduce en el peluche. Después se cierra con una cremallera patentada para que no se pueda volver a abrir, de tal forma que el producto es apto para niños a partir de tres años. También existe la posibilidad de introducir un sonido dentro del peluche que puede ser un sonido de animal o un mensaje personificado grabado por el propio cliente. Una vez finalizado el proceso, se pueden personalizar, a su vez, con más de 40 vestidos y complementos diferentes creando en cada ocasión un peluche único Por último se rellena la partida de nacimiento del peluche y se coloca en una cuna con asa para que el cliente se lleve su nueva mascota a casa.

De esta forma, Animal Party se presenta al público como una actividad de ocio que destaca por ser una experiencia única en la que la emotividad y personalización juegan un papel muy importante. El cliente no se limita únicamente a comprar un peluche, sino que participa activamente en su proceso de fabricación aportándole unos valores adicionales de ternura y cariño que lo convierten en un regalo excepcional.