La pizza, esa gran desconocida.

Es un alimento básico de la dieta mediterránea tan mundialmente reconocida por los beneficios que aporta y sin embargo en muchas ocasiones está catalogada erróneamente.

La pizza es una importante fuente de nutrientes, una comida completa por su alto contenido de proteínas, carbohidratos, grasas, minerales, vitaminas y fibra. 

Hay dos productos básicos que siempre encontraremos en cualquier pizza, que son el tomate y el orégano.

Los tomates contienen una sustancia antioxidante que permite prevenir enfermedades cardiacas y muchos problemas de salud.

Por otra parte, el orégano ayuda a combatir virus estomacales.

Asimismo, la masa de la pizza en su mayoría está compuesta por hidratos de carbono.

El consumo de hidratos siempre que sea con moderación, nos aporta diferentes beneficios. Diversas investigaciones del ámbito nutricional apuntan que nos ayuda a generar serotonina reduciendo la irritabilidad y las posibilidades de padecer depresión, promueve la salud cardiaca ya que las fuentes de fibra reducen el colesterol malo, mejora la memoria y nos aporta energía.

Por último, pero no menos importante, es su riquísimo sabor, que convierte a la pizza en el alimento estrella para compartir con la familia y amigos.

Alrededor de la pizza siempre ha habido y habrá muchos momentos inolvidables.