Noticia - Hostelería

Fado Portugués

Llega a España la franquicia Fado Portugués

07.03.2016

El objetivo de esta iniciativa, a caballo entre lo culinario y lo cultural, es trasladar al comensal español las costumbres y gastronomía del país vecino. Con especial hincapié en las noches de fado en directo, en vivo, y más de una treintena de especialidades de bacalao, además de muchos otros platos, típicamente portugueses, pero de sobra conocidos para los españoles. De momento, son tres los restaurantes abiertos en Madrid, pero la cadena ofrece a terceros unirse a su red en otros puntos de España.

FADO Portugués es una cadena de restaurantes que intenta trasladar al comensal español la cultura y gastronomía del país vecino. Con especial hincapié en las noches de fado en vivo, y más de una treintena de especialidades de bacalao, además de muchos otros platos, típicamente portugueses, pero de sobra conocidos para los españoles. «En España existe un buen nivel de conocimiento de la cocina lusa, y de sus principales platos», explica Paulo Carvalho, fundador de la enseña, «y una excelente relación entre ambos pueblos, lo que facilita el interés mutuo por nuestras culturas y gastronomías».

Sepia al estilo de Setubal, carne de cerdo “à Alentejana”, quesos de cabra y oveja de Azeitao, pastel de Belém… La carta de un restaurante FADO Portugués recoge lo más típico y también lo más conocido de cada región lusa. «De ahí que escojamos personal de servicio nacido allí para que, de forma espontánea transmita a los comensales detalles enriquecedores sobre cada plato», explica el responsable de la marca, para quien los tres pilares en los que se apoya el éxito de su cadena son: «Productos de gran calidad, abundancia en los platos, y esa simpatía y trato afable que nos caracteriza a los portugueses».

La cadena ofrece a terceros la posibilidad de unirse a su red. Poner en marcha una franquicia de hostelería FADO Portugués requiere un local de alrededor de 150 metros cuadrados, y una inversión próxima a los 200.000 euros, que incluye las obras de remodelación y la inversión en equipamiento y mobiliario, ya que los restaurantes se entregan “llave en mano”. En el caso de un formato enfocado a tienda gourmet con degustación, el importe es al menos un 30% inferior, puesto que el establecimiento adecuado se sitúa entre 50 y 60 metros cuadrados.