¿La Tower o la Paradise?: Conoce las originales hamburguersas de la franquicia The Black Turtle

En esta vida (gastronómica) hay hamburgueserías y restaurantes de hamburguesas. Auténticos, con la esencia y la magia de esos entornos únicos creados de la nada pero con un todo fundamental: la personalidad. La del local, la de quien lo regenta y la de quien va a disfrutar de una carta tan gourmet como original y apetecible. Porque comerte una hamburguesa no debe ser decidir si la quieres sin queso, con foie o con pan blanco o de cebolla. Ha de ser un todo…

Es nuestra filosofía. Y es ya una realidad. Como la que ha creado en un antiguo garaje de la calle Sueca de Valencia Fran B., propietario de la franquicia de hostelería The Black Turtle®, el nuevo restaurante de hamburguesas de Ruzafa. Cinco meses han hecho falta para convertir el local, 200 metros de pared blanca con su pertinente raya lateral advierte-coches, en un pellizco del Soho neoyorkino.

Paredes de caravista, grandes rótulos de estilo lettering, bancadas hechas a base de andamios de obra, un contenedor portuario como acceso a los aseos, mesas de diseño TBT (The Black Turtle), la iluminación justa para crear un ambiente cálido y acogedor, el techo negro, el suelo cemento pulido y el frente, un proyecto personal desarrollado “pared a pared”, sin estudios de arquitectura mediantes ni tan siquiera planos alzados, de un chico de 34 años que desde hace nueve dedica su carrera profesional a la hostelería, y siempre con la hamburguesa como protagonista.

“The Black Turtle es una suma de trabajo para otra gente –entre otros, para una empresa de franquicias internacionales de Londres-, de proyectos más countries, más del sur, de experiencias en otros países, sobre todo en Estados Unidos, y de un montón de pequeños fracasos, de un montón. Hasta que coges todo eso que has estado aprendiendo por ahí, lo agitas como en una coctelera, juntas cuatro duros y dices, vamos a hacerlo nosotros como nos gustaría”, explica Fran, tan “insistente, cabezón y terco” como él se define, “un tío de ensayo y error”, como valiente, creativo, innovador, inquieto, arriesgado y todos los calificativos que puedan referirse a alguien que estuvo meses trabajando en Nashville (Tennessee, Estados Unidos), en una franquicia de comida sureña, “el sueño de cualquier tío al que le gusta ese tipo de restauración” y de donde trajo la inspiración fundamental para crear este entorno del ambiente más estilosamente americano en el “meollito” de Valencia.

“¿Por qué Ruzafa? Porque teníamos que estar ahí. Es como si me dijeras en Madrid, ¿por qué Malasaña ahora? Pues porque para todo el movimiento de gente a la que le gusta la estética, que huye de las cadenas de toda la vida y busca un ambiente un poco más intercultural, no hay otro barrio en Valencia”, apunta Fran, valenciano de visión global: “El Soho no nace porque sí, era una zona de fábricas abandonadas con los techos gigantes que permitía que todos los escultores, pintores que hacían murales, que todo ese movimiento cultural y artístico se moviera hacia allí. Ésa es la base de un barrio interesante. Y Ruzafa es parecido en eso. Pequeños movimientos interesantes, estudios de diseño, movimiento barbas, movimientos de garitos de música indie…”

Como la que suena sutilmente en The Black Turtle, acompañada de grupos “rockeritos” y otros fetiche: Editors, BlocParty, Arcade Fire, Crystal Fighters, The libertines… Y así hasta completar una lista The Black Turtle que ya cuenta con ciento un seguidores en Spotify. “Al final hemos hecho lo que nos gustaría visitar a nosotros, ver a nosotros, escuchar la música que nos gusta a nosotros, comer a nosotros…”

¡Ah, comer! Eso, que habíamos venido a hablar de hamburguesas. De un restaurante de hamburguesas, en el que por calidad habría que añadir la palabra gourmet pero de la que Fran rehúye tanto o más que de la palabra emprendedor y de ser la cara visible de un proyecto del que él siempre habla en un plural en el que incluye a su socia y directora de marketing en The Black Turtle, Bárbara G..

“No nos gusta nada la palabra gourmet. A mí me gusta llamarlo restaurante. A un restaurante que está especializado en pescado no le llaman pescadería. Al fin y al cabo nosotros somos un restaurante que somos especialistas en un producto determinado, que es la hamburguesa. Pero el punto gourmet vendría en todo. Porque este tipo de restauración está muy machacada y podríamos comprarlo todo de cuarta o quinta gama como hacen las cadenas grandes y tirar de freidora y fuera, y sin embargo, salvo un entrante, los jalapeños –que sería más complicado de hacerlos y no merece la pena-, aquí lo hacemos todo nosotros…”, explica Fran, quien detalla: “Pelamos y cortamos las patatas cada día, la verdura nos la traen los lunes, miércoles y viernes de la verdulería de la esquina, los tenders los hacemos nosotros, es pechuga de pollo que marinamos, la dejamos 24 horas en la nevera con su salsa barbacoa, con su adobe y tal… Elaboramos las salsas, la barbacoa la hacemos nosotros con una base de tomate, la césar con una base de mayonesa. La salsa verde que hacemos en realidad es un guiso, que dejamos hacer durante 45 minutos, con cebolla, pimiento verde, jalapeños… Lo trituras y haces la salsa. Que hay una salsa verde Faro mexicana que la compras, la pones por encima y ya está, o cuando vas a alguna hamburguesería y pruebas la barbacoa y dices “es Heinz”, sí, pero esa hamburguesa sabe muy parecida a cualquier otra… Nosotros nos esforzamos hasta que ese punto sea diferencial.”

Una diferencia que da como resultados una carta de ensaladas, sándwiches, hot dogs y, cómo no, doce hamburguesas que destacan, además de por la calidad de sus productos, por su originalidad y distinción. “Tenemos las clásicas americanas de toda la vida, con su cebolla, lechuga, tomate y demás, pero después de probar comidas en otros sitios, ves ingredientes que casan muy bien y dices: “ostia, ¿cómo puedo transportar esto a una hamburguesa?” Y ahí es donde Fran, que no tiene ningunos estudios de cocina pero que tiene como gran referente culinario a su madre, “que cocina muy bien, muy bien, muy bien, muy bien”, se mete entre fogones a mezclar ingredientes y hacer pruebas y crear una hamburguesa con fresas (The Paradise), una hecha con tortitas (The Tower) y otra con berenjena (Albergina) que, casualmente o no, son las tres que más éxito tienen en The Black Turtle.

“Fueron pruebas. Todo lo que se hace lo hago cuando no hay nadie y luego cuando llegan los cocineros, que llevan muchos años trabajando conmigo, se lo doy para que lo prueben. Siempre mienten un poco, no van a decir que es basura”, dice entre risas, “pero con estas tres fue diferente, no fue un ‘está bien’, sino un ‘aquí tenemos algo’…” Un algo que ha llevado a que los propios clientes creen una marca en torno las hamburguesas, a las que no conocen por un ingrediente sino por su propio nombre, y a que las que fotografían y etiqueten con hashtags propios en las redes sociales.

Una viralidad que The Black Turtle ya vive en sus homónimos de la Plaza Xúquer y de Jávea, y que desde el 1 de octubre se experimenta también en este personalizado y auténtico local de Ruzafa. “Venir a The Black Turtle ahora es como si salieras de lo que ha sido Valencia siempre. Eso es lo que queremos que sea de aquí a quince años, el lugar en el que te tratan bien, donde todo lo que te estás comiendo está manufacturado correctamente, en el que estás en un ambiente distendido y al que la gente vaya porque haya evolucionado y crecido con él… Que pasen los años y primero vaya con sus amigos, con su novia, con su mujer e hijos después, y siempre con el telón de fondo del mismo sitio. Ésa es nuestra idea. Nos encantaría…” Pluraliza de nuevo Fran, que también os invita, en plural, a que probéis la experiencia The Black Turtle®.

¿La Tower o la Paradise? ¿Cuál probaréis primero? Idlo rumiando… ;)

¡Os esperamos!

LOCALIZACIONES:
-Valencia (Pl. Xúquer) Pl. Xúquer 7, 46021.
962 051 867

-Valencia (Ruzafa) C. Sueca 51, 46006.
963 448 896

-Valencia Paseo Alameda 46, 46023.
962 065 968